Adoptado cuando tenía solo dos o tres meses, este imponente mastín ha regresado a nuestro refugio debido a que sus antiguos dueños, que vivían de alquiler, no podían mantenerlo. A pesar de su gran tamaño, es muy dócil y cariñoso, acostumbrado a la vida en un hogar. Ahora busca una nueva familia que pueda proporcionarle el amor y la estabilidad que necesita. Ideal para quien desee un compañero leal y protector.